Cuando palpita el corazón, está Gestos
Por: Mario Naranjo Muñoz
Hablar de mi paso por Gestos Mnemes hace ya más de 20 años, es poner el corazón a palpitar aceleradamente y convocar al alma a rebujar la memoria, esa que ha sido siempre objeto de trabajo y bandera de esta empresa cultural. Una época de sacrificios, trabajo constante y dedicación, eran y han sido la apuesta por un sueño que sumaba kilómetros con cada obra, con cada presentación, con cada sketch, performance o idea que realizábamos. Llegar entre los primeros y ser de los últimos en salir de nuestra casa, de los ensayos, de cada proceso, era la demostración de amor más grande en la consolidación de una entidad que comenzaba a ser referente de creación en la región.
Cada día, me levantaba convencido de apoyar y defender las ideas creativas del hombre humilde y soñador que había emprendido esta aventura, un hombre al cual siempre le sustentaré admiración, respeto y agradecimiento, y que, en mensajes que son respondidos hasta semanas después de enviados, sigo manifestando ese cariño sincero por su existencia y paso por este planeta: a Giovanni Upegui mi abrazo diario y agradecimiento eterno. Esa aventura que iniciaba tenía un diferenciador a otras experiencias vividas por un elenco extraordinario y que seduciría a un puñado de jóvenes y niños que han crecido aportando, sumando y haciendo de Gestos Mnemes lo que es hoy por hoy en el ámbito cultural del país y del mundo. Jóvenes y niños que aun integran la entidad y que con los años han tomado un papel protagónico no solo en lo artístico sino también en lo administrativo.

A Gestos le debo mi despertar creativo, muchos amigos, el asombro constante por las pequeñas cosas, el amor inmenso por el arte, la pasión por emprender un proyecto cultural, mi interés por las artes plásticas y escénicas y el amor por mi ciudad Bello. Esa que nos vio nacer por y para el arte, y a la cual cada día le hacemos honra, dejando su nombre marcado en cada rincón del mundo donde podamos estar. Esa que nos verá morir algún día entre luces, colores y sonrisas. Gestos Mnemes para muchos ha significado progreso, apertura y un espacio para la libertad de expresión. Cada rincón de esta entidad, transmite la energía propia del color, la libertad del alma y la sensibilidad de una creación que habla de lo local y lo identitario.
La quebrada de tobillo de Gelson en “Prometeo encadenado”, el mágico encuentro en tarima con Willinton, el alquiler de la primera Casa, el montaje del concierto de 10 años con Suramérica, el regaño en Don Matías cuando íbamos tras el Animero, las horas de ensayo para cada obra, las producciones escenográficas, el montaje de “La casa embrujada”, los iberoamericanos de teatro a los que fuimos, doña Emma, don Elías, doña Virgelina, doña Marleni, el maestro Fernando Zapata, Santiago García, cada uno de los espacios, chicos y familiares que conformamos un equipo de trabajo inigualable en la “Ciudad de los artistas”, son tesoros que conservo en mi corazón y que recuerdo con una sonrisa sincera. Recuerdos que llegan para quedarse y que si bien, se pasó la página en la construcción de aquel sueño, estoy convencido que aún hay algo de mí entre ustedes, que dejé una huella y que con orgullo puedo decir que sembré una pequeña semilla que sigue y seguirá dando bellos frutos para el arte y la memoria de mi amada ciudad. Larga vida a Gestos Mnemes, Gestos de la Memoria.
Con amor Mario Naranjo Muñoz.
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